martes, 8 de noviembre de 2011

Sobre San Camilo 1936, novela de Camilo José Cela



Hay una novela de Camilo José Cela (el escritor más importante en lengua española de los últimos cincuenta años, aunque sobre esto imagino que habrá opiniones encontradas, como sobre todo) que se llama San Camilo 1936 y es la narración de lo que sucedió en Madrid el 18 de julio (san Camilo de Lelis, celestial patrono de los hospitales) de ese año, día en que se armó gordísima; como es sabido, fue cuando comenzó la tan traída y llevada guerra civil.

Don Camilo (así se le suele llamar) tenía entonces veinte años, puesto que nació en 1916, y estaba en Madrid, luego lo vivió en primera persona, que suele ser lo más indicado para tratar cualquier asunto.

Esta no es una novela normal, una novela cualquiera, sino algo que se sale por completo de la actual cursilería seudoliteraria que hoy (2011) se estila. La escribió en 1969, y ha resistido el paso del tiempo mejor que el buen champán. Se compone de las emocionantes novelitas que cada uno de sus más de doscientos personajes lleva pegada al corazón (en palabras de Cela), y de verdad que la cosa es complicada, complicada y divertida. Allí aparece todo, los puticlubs madrileños de entonces, el asalto al cuartel de La Montaña, la vida cotidiana y el ambiente callejero, los entresijos de la política, las masas pidiendo armas... En fin, que vale la pena ponerle los ojos encima y dejar que este señor, que era bastante bruto (pero es que la vida es muy bruta, y no iba él a serlo menos), nos lleve a su antojo por semejante escenario, las calles y casas y familias madrileñas de entonces..., algo sobre lo que sabemos mucho menos de lo que nos imaginamos.

La leí hace bastantes años, pero la he releído hace poco y he confirmado lo que recordaba, que es un monumento, y no he podido resistir la tentación de hacer una lista de los personajes (ya digo que son más de doscientos) y un cierto análisis de la estructura del libro, que no es lo que parece al principio sino algo mucho más complejo, y las consecuencias que he sacado (que quizá se puedan considerar como un despiece del contenido, una cosa cortita, vamos, que no se asuste nadie) lo he colocado en internet a disposición del que tenga curiosidad por ello. Es un archivo que se puede descargar (o simplemente ojear) en la siguiente dirección:


Ah, y no dejéis de leerla, que si sois aficionados a la lectura no os vais a arrepentir. Hoy no se leen (ni se escriben) cosas como estas, y si se escriben, me da la impresión de que se quedan en algún disco duro, pues la mayor parte de las editoriales –en la actualidad– no están para fantasías sino para ganar dinero con libros de adorno y consumo pronto. (Aquí se podría añadir, ¡vivan los Marcial Lafuente Estefanía del tercer milenio!). ¡Qué ruina!, pero bueno, no iba a sustraerse el noble arte de contar historias al correr de los tiempos, y en este terreno, como en el de la música, también existen unos cuarenta criminales que marcan la pauta a iletrados y televidentes diversos.

(La foto que he puesto es la portada de una edición del año 2001 que hizo El Mundo y vendía con el periódico. La ilustración es de Cristina García Ganga).